7 hábitos para ser un Director de Banda efectivo

7 hábitos para ser un Director de Banda efectivo

  1. La puntualidad
  2. La comunicación
  3. El relato
  4. La gratitud
  5. El ruido
  6. El posicionamiento
  7. La gestión emocional
  1. La puntualidad

No es solo llegar a tiempo de comenzar el ensayo a la hora prevista, se trata de estar preparados antes de que el ensayo comience. Cuando los músicos llegan para montar sus instrumentos tú ya debes estar encima de la tarima. Cuando vean que por pronto que lleguen te encuentran dispuesto, la Banda habrá entrado en otro nivel.

Evita el tan tradicional como irrespetuoso “unos minutos de cortesía”. La cortesía la merece el que está a la hora estipulada. Esto es aplicable tanto para los músicos como para las autoridades y el público cuando de un concierto se trata. 

La pedagogía de la puntualidad comienza por la ejemplaridad del Director o Directora. Sé también puntual para acabar el ensayo.

  1. La comunicación

Por comunicación no debe entenderse hablar demasiado sino todo lo contrario. Encontrar la virtud en el equilibrio. Como Director o Directora debes cultivar el don de la palabra mediante una dicción, retórica y argumentación memorables.

El profesional que frecuenta la expresión zafia no representa el nuevo paradigma de la Dirección de Banda. Pasó el tiempo en el que a los músicos solo se nos podía atribuir conocimientos de música. debemos pensar la música y expresarnos para defenderla pero también tener una formación humanística de primer orden.

Se precisa la figura experta en su materia y con un bagaje cultural amplio. La distancia entre unos y otros se mide por la cantidad de libros leídos. Nunca fue más fácil.

  1. El relato

En un momento vital donde el tiempo se mide de un modo mucho más concreto, cuando la prisa nos atropella y hace que el oído haya perdido importancia en favor de la vista (incluso del tacto) se hace precisa una concreción en el discurso argumentativo del Director o Directora.

Los músicos de la Banda necesitan que compartamos nuestro relato, nuestro itinerario sensitivo y nuestros objetivos musicales comunes. Pero no es tanto de los mecanismos para conseguir los logros sino de los resultado que en realidad de nosotros se espera que expliquemos.

Nuestra historia en la Banda será siempre la de estar de paso. No somos dueños del colectivo, tan solo tenemos el privilegio de dirigirlo durante un período maravilloso de tiempo.

  1. La gratitud

Agradecer es el major homenaje que podemos hacer a la vida, especialmente a nuestra vida como Directores y Directoras. La diferencia entre el profesional comprometido y el profesional escaso es, precisamente, su capacidad de gratitud.

Cada oportunidad que se nos brinda para dirigir es un momento único y, en ocasiones, irrepetible. ¿Has pensado alguna vez lo que supone que decenas de personas decidan estar atentos a tus indicaciones fielmente? ¿Cuántos lo hacen de buen grado? Tu objetivo será que todos.

Es esencial saberse frágil frente a las realidades inesperadas pero fuertes mediante el agradecimiento en cada instante vivido.

  1. El ruido

Como ya sabes, las acciones productivas y nobles hacen menos ruido que las mediocres o malintencionadas. No debes desgastarte ante el inútil intento de cambiar las cosas, pero lo que sí puedes hacer es elegir en qué lado estar y qué valores fomentar. 

Lo mediático está lejos de ser lo mejor a menos que lo sea, precisamente, por los logros y calidad adquiridos. Provoca el ruido entre tu gente, en tu entorno, en tu tribu más cercana, entre las personas -en definitiva- que de verdad quieren verte crecer.

El otro ruido carece de importancia. Que no te preocupe como Director o Directora más la imagen que generas que los resultados que produces. 

  1. El posicionamiento

Conviértete en un líder, en un experto o experta capaz de seducir con tus conocimientos y talento. Huye de toda posición no merecida por muy suculenta que se presente. Con el tiempo, lo agradecerás.

Habita el espacio que responde a tus intereses y donde tus sentimientos se acoplen amablemente. Allí donde tus capacidades no solo sean visibles sino útiles. La posición no es un lugar idílico. No está relacionado con una mejora social o económica. 

Es un espacio mental, una actitud que te situará en el camino del verdadero éxito. Un lugar donde no hay deudas que pagar derivadas del nepotismo y de la pleitesía. Donde solo habita la libertad. Y libre, eres capaz de cualquier cosa.

  1. La gestión emocional

El aspecto más importante y determinante para que puedas convertirte en un Director o Directora de éxito es el de la gestión emocional en la Banda que diriges (recuerda, no es “tu” Banda).

La calidad y calidez de tus palabras bien elegidas marcarán la diferencia para situarte en el plano de la excelencia. Cultiva la escucha (no en vano tenemos dos orejas y una sola boca: hay que escuchar “el doble” de lo que hablamos), paciencia (que es la ciencia de la paz) y cuida cada detalle en el trato con los músicos que han elegido compartir un trecho del camino contigo. 

Tu marca personal no es otra cosa que lo que de ti se habla cuando no estás presente.

Escuela de Dirección de Banda y Didáctica de Ensayo

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